Tras la reunión mantenida hoy entre el Real Madrid, el Atlético y la UEFA, se han dado a conocer más detalles de esa Supercopa de Europa que se celebrará en Tallín en agosto.
Lo que más sorprende, una vez más, es la gran cantidad de entradas que la UEFA no repartirá. Porque las cuentas no salen.
El estadio Lillekula tiene una capacidad muy limitada. Por motivos de seguridad, no puede haber más de 13.000 personas en las gradas. Pues bien, la UEFA ha determinado que 1.400 serán del Atlético y otras 1.400 del Real Madrid.
Es decir, 2.800 aficionados... y 10.200 localidades que se quedará la UEFA. Una auténtica barbaridad. El fútbol moderno tiene estas cosas...
La cifra de 1.400 entradas por club es aún más baja de lo que ambos esperaban. Atlético y Real Madrid esperaban tener alrededor de 2.000, una cifra algo mayor que esas apenas 1.400 que, finalmente, ha dado la UEFA.
No es la primera vez que ocurre. En la final de la Champions de Kiev, de las 34.000 localidades, 29.000 fueron para la UEFA. En la de la Europa League, similar: de 60.000 entradas, el máximo estamento del fútbol europeo se quedó con 36.000 para "sus compromisos".
Y todo esto es una estrategia de la UEFA para potenciar el fútbol en los países menos potentes... Con esta decisión, el máximo estamento del fútbol europeo buscaría promover el deporte rey en zonas en las que el amor por el fútbol no es lo más habitual.
¿Los grandes damnificados de esta estrategia? Los aficionados de uno y otro club que, de nuevo, verán cómo sólo unos cuantos privilegiados les acompañarán en Tallín.
Polémicas al margen, los que quieran hacerse con una entrada tendrán que pagar entre los 50 y los 130 euros. El plazo para pedirlos ya está abierto y acaba el 26 de junio.