El conjunto británico llegó al Olímpico Atatürk de la capital turca con la ilusión de volver a pasear por el Olimpo de Europa como ya hizo en la década de los 80, pero en cuanto el árbitro pitó el inicio del partido, las ilusiones 'red' se fueron disolviendo como un azucarillo.
Maldini tuvo gran culpa de ello al anotar el primer tanto en el minuto 1, un gol que llenó de fuerzas a un Milan dirigido por Ancelotti que se divertía sobre el campo y llegó dejar su renta en 3 goles a 0 al final de la primera mitad gracias a un doblete de Hernán Crespo.
Pero en la segunda parte sucedió algo que, a día de hoy, aún no se ha llegado a entender del todo. El Liverpool se armó de valor y fe para, de la mano de Steven Gerard, que anotó el 3-1 en el 54', comenzar a fraguar una de las remontadas más épicas de los todos los tiempos.
Vladimír Smicer, tan sólo dos minutos después y Xabi Alonso, en el rechace de un penalti fallado por él mismo, lograron poner las tablas en el marcador para sorpresa 'rossonera'.
El Milan, pese a ver cómo la prórroga acechaba a un partido que tenía de cara desde la primera mitad, no pudo hacer nada para batir a un Jerzy Dudek espectacular que forzó los penaltis salvando en más de una ocasión a su equipo.
El propio Dudek se encargó también de cerrar la recordada remontada de 2005 en la tanda fatídica parando el penalti definitivo al histórico goleador del Milan Andry Shevchenko. Hamann, Cissé y Smicer anotaron para los 'red' (falló Riise); Tomasson y Kaká, lo hicieron para los italianos (Serginho, Pirlo y Shevchenko fallaron).