Inglaterra en los años 90 era lo que hoy muchos definirían como 'otro rollo'. El fútbol era diferente, también diferente al que se practicaba en España en aquellos tiempos.
Hay algo en el fútbol inglés que lo hace increíblemente atractivo. Quizá sean las gradas siempre llenas, la permisividad arbitral, el juego directo o la presencia de mascotas en la mayoría de los campos.
La mascota, una especie en extinción en el fútbol, es aún a día de hoy una constante en muchos clubes ingleses. Parece anacrónico que un club de la categoría del Arsenal tenga un dinosauro con aspecto de dibujo animado como mascota, pero así es. El Gunnersaurio es muy querido en el Emirates.
Vayamos a lo que nos atañe. Era el sábado 7 de noviembre de 1998, y se enfrentaban en el centenario Ashton Gate Stadium el Bristol City y el Wolverhampton Wanderers.
No es que fuese un duelo por el liderato, ni mucho menos, pero había cierta tensión. No son rivales enconados. Supongamos entonces que se tenían ganas, por decirlo así.
Comenzó ganando el conjunto local, pero los 'wolves' le dieron la vuelta al marcador y mandaron el partido al descanso 1-2. Durante el intermedio, para amenizar la espera de los aficionados, las mascotas de ambos equipos saltaron al terreno de juego a retarse a una tanda de penaltis.
10 de octubre de 2018
Así, los tres cerditos del Bristol se midieron con el lobo del Wolverhampton y la escena pasó a la historia. Algo pasó que a Wolfie no le gustó. Quizá el hecho de que ellos fueran tres y el felino que hacía de árbitro no fuese nada neutral.
Wolfie se fue enfadando conforme le lanzaban penaltis, y pronto quedó claro que el lobo estaba muy molesto. Tras un intercambio de pareceres, uno de los cerdos llegó a las manos con Wolfie, quien no dudó en devolverle el golpe, mientras los hinchas visitantes alentaban a su lobo a darle más fuerte.
7 de noviembre de 2018
Mientras la mascota de los 'wolves' reculaba, un rival porcino trataba de rodearle. Qué ironía, el lobo feroz, amenazado por los cerdos. Al final intervino la seguridad del estadio y la pelea no fue a mayores... Que sepamos. Citarse en los vestuarios, se citaron.
7 de noviembre de 2018
La historia fue, sin duda, uno de los grandes momentos del fútbol inglés de la década de los 90. Y eso que de haber ocurrido hoy nos parecería abochornante, gracias a la lupa del tiempo sigue siendo algo inolvidable. Inolvidable y tronchante, claro.
Por cierto, los 'wolves' vengaron a su mascota y culminaron la remontada con otros cuatro goles en el segundo tiempo, para un humillante 1-6 que seguro que aún escuece por Bristol.