En un partido que se esperaba mucho más igualado tras el empate de la fase de grupos, España pasó por encima de la selección transalpina en la exhibición más grande que se recuerda del conjunto español ante el italiano.
Aquel 1 de julio de 2012, el canario David Silva abrió el marcador en el 14 antes de que, en el 41, Jordi Alba anotara uno de los mejores tantos del campeonato.
Ya en la segunda parte, Fernando Torres y Mata, que habían entrado para sustituir a Cesc y a Iniesta, redondearon una goleada de escándalo en el 84 y el 88, la más grande que se ha producido en una final desde que se viene disputando esta competición.
Repasa con nosotros aquel partidazo de la selección: