30 años de la coronación mundial de Maradona

Argentina comenzó la Copa del Mundo de México con las expectativas bien altas. Su plantilla estaba plagada de estrellas como Passarella, Burruchaga, Jorge Valdano o Ruggeri, pero encima de todos ellos había un nombre, el de Diego Armando Maradona.

Sus dos victorias ante Corea del Sur y Bulgaria, además del empate contra Italia, les otorgaron la ventaja de pasar como primeros de grupo, sin embargo no sería el 'Pelusa' la estrella de la fase de grupos, ya que Valdano fue la pieza clave anotando tres de los seis tantos que cosechó la albiceleste en sus tres primeros partidos.

Pero en la fase del K.O. los argentinos se pusieron serios, siendo conscientes de que la ocasión que se le presentaba en esa edición del Mundial era, prácticamente, inmejorable. Tras pasar por la mínima a Uruguay con un gol de Pasculli les tocó sufrir en cuartos ante Inglaterra.

La cátedra de Diego Armando

El partido acabó en 2-1 para la 'albiceleste' por un tanto de Lineker en el 81' que puso intriga hasta el final, pero los argentinos no recordarán el choque por el sufrimiento, ya que aquel 22 de junio, el 'Pelusa' anotó sus dos goles más famosos: 'La mano de Dios' y el 'Gol del Siglo', considerado por la FIFA como el mejor tanto de la historia de los mundiales.

Diego Armando firmó otra actuación para el recuerdo en las semifinales ante Bélgica anotando otro doblete que ponía en la mano de todos los argentinos el billete para la final. Eran sólo 90 minutos los que separaban en el mítico Estadio Azteca a la 'Celeste y Blanca' del cielo del fútbol. Una ocasión increíble que compartiría con la otra favorita al título, la Alemania Federal dirigida Beckenbauer.

Coronación mundial

La cuenta para Argentina la abrió José Luis Brown en el 23 y el partido se fue al descanso con la distancia mínima en el marcador, pero tras el paso por vestuarios aún quedaría por vivirse una de las segundas mejores partes que se recuerdan aen un Mundial.

Jorge Valdano hizo el segundo tanto en el 56', colocando un 2-0 provisional que parecía sentenciar, pero los alemanes aún tenían una última palabra. Rummenigge y Rudi Völler pusieron el empate en unos cinco minutos de locura, pero el genio argentino no quiso quedarse sin levantar el oro en la cúpula del Azteca y le puso un magistral pase a Burruchaga para que firmara el 3-2 definitivo.