Hizo valer el Madrid el 3-0 de la ida para colarse en los cuartos de final de la Copa del Rey. Completó la eliminatoria dejándose llevar en Butarque, donde el Leganés cosechó una victoria que siempre ilusiona por la magnitud del rival. Un tanto de Braithwaite -gran fichaje- dio picante a un partido sin historia en la segunda parte.
Solari se propuso innovar con el once, y lo hizo. Las bajas y los descansos a jugadores importantes permitieron ver a Vinicius de delantero centro, a Marcelo de extremo o a Isco, de nuevo, como titular. Fue un desastre el experimento, el Madrid solo chutó por mediación de Vinicius y rozó el gol en una acción en la que Isco demostró que ha perdido su aura.
El malagueño estuvo 68 minutos en el campo, pero apenas se le vio. Comenzó en el centro, pasó a ser falso '9' y terminó en el banquillo, marmullando su desdicha. Por el camino, ni miró a Solari. El '22' pudo tranquilizar al Madrid en el 29', poco después de dos buenas ocasiones para Braithwaite y Sabin Merino. Isco, tras una contra lanzada por Vinicius, se durmió en el mano a mano y un defensa abortó el peligro.
Al minuto, el gol del Leganés. Tenía que ser Braithwaite, constante agitador que dará de qué hablar hasta final de temporada. Cabeceó contra el poste, rechazó Keylor y aprovechó la pasividad defensiva para empujar. Tenía vida el Leganés, que solo sufrió en un disparo flojo y con escasa dirección de Vinicius.
Solari tardó 45 minutos en darse cuenta de que las probaturas no funcionaron. Quitó a Reguilón, pasó a Marcelo al lateral y a Vinicius a la banda. Entró Ceballos y todo, al menos, funcionó para el aprobado. Salió con otra cara el Madrid, sin grandes alardes, pero al menos llevando el mando. Lo que se le supone al Madrid, vaya.
La segunda parte trajo demasiado fogueo y pocos pistoleros, aunque la cosa se animó al final. Braithwaite cabeceó a las manos de Keylor, Sabin Merino perdonó un mano a mano y Brahim se encontró con el palo. En el añadido, cuatro paradones consecutivos de Keylor abrocharon un partido que cercioró que el Madrid necesita mejorar. Y mucho.