Sabía Millonarios que en La Paz jugaría contra Always Ready y contra el mal de altura. Y eso que los 'embajadores' están acostumbrados a los más de 2.500 metros de media de Bogotá. Pero es que la capital administrativa boliviana está mil más arriba.
Tardó en hacer efecto a los visitantes el mal de altura, pero cuando lo hizo, se notó. Porque además lo hizo por partida doble, pues mediado el segundo tiempo fue cuando Millonarios se quedó con diez.
Hasta entonces, el partido siguió el guión previsto por el cuadro 'embajador'. Sería su rival quien se esforzase, quien trabajase, quien corriese y quien tratase de jugar a algo parecido al fútbol.
Millonarios se conformaba con defenderse y salir a la contra, y el plan le funcionó a la perfección. Always Ready se estampaba una y otra vez contra el muro azul, y las contadas ocasiones que lograba superarlo se topaba con Wuilker Fariñez.
Con ese panorama, a lo largo del primer tiempo no sucedieron demasiadas cosas. Y el guión tampoco cambió en el segundo tiempo, aunque poco a poco los ataques del conjunto local empezaban a ser más y más peligrosos.
Conforme se acercó la temida hora de partido se empezó a ver a los jugadores de Millonarios más fatigados. Les costaba llegar a los balones divididos, y Fariñez tuvo que emplearse a fondo para mantener su meta a cero.
Fue entonces cuando todo cambió. A la inminente pájara se le unió la expulsión por roja directa de Bertel. Torrico remató y el lateral 'embajador', bajo palos, repelió el balón. El esférico le había pegado en la pierna y luego en el brazo, el cual tenía parcialmente pegado al cuerpo.
Ante la ausencia de VAR, el colegiado actuó a la vieja usanza. Consideró que la mano había sido voluntaria y castigó la acción con penalti y expulsión, algo que, a la vista de la repetición, fue a todas luces exagerado.
Pero eso no frenó a Millonarios. Fariñez se vistió de héroe y detuvo la pena máxima. Fue la primera del recital de paradas que haría de ahí al final del partido.
Always Ready, jugando con uno más y contra un rival al que le faltaba el aire, se volcó sobre la meta visitante. Las salidas a la contra de Millonarios eran estériles. Parecía que sus delanteros llevasen jugando 120 minutos.
Tardó en hacer sus cambios el cuadro 'embajador', y las tres sustituciones se le antojaron escasas a Alberto Gamero, quizá consciente de lo corta que es la plantilla que maneja.
El partido se tornó aún más dramático cuando en el minuto 90 Cabrera logró ser el que por fin batiera a Fariñez, al cabecear a quemarropa un balón colgado por Enoumba.
El alargue, de seis minutos, se le hizo eterno a Millonarios. Si hasta entonces se habían esforzado los colombianos por que no se jugase nada de nada, en esos seis minutos, que acabaron siendo ocho, redoblaron esfuerzos.
Sufrió Millonarios hasta el último segundo, pero logró sellar su pase pese a la derrota. Evitaron los de Gamero conceder un segundo gol que hubiera mandado el partido directamente a penaltis, clasificándose para los dieciseisavos de final. Always Ready queda eliminado, tras haberlo dado todo, pero ni con la altura de su lado lograron revertir el resultado del encuentro de ida.