Fue uno de los fichajes más sonados del inicio del verano. Su futuro era casi asunto de estado en Holanda, ya que a sus 19 años había demostrado una calidad y un talento innato en el Ajax. Fue la Roma quien consiguió hacerse con sus servicios y ya está disfrutando de él.
Eligió el dorsal 34 a su llegada para rendir homenaje a su amigo Nouri, quien casi perdió la vida en un campo de fútbol a causa un accidente cardiovascular que le ha dejado un daño cerebral severo, acabando con la posibilidad de que vuelva a jugar al fútbol.
Ese gesto le honró y le hizo recibir un buen número de elogios, pero a Kluivert le faltaba hablar sobre el campo y ya lo ha comenzado a hacer. El atacante holandés fue suplente en el primer partido de pretemporada de la Roma (frente a la Latina) y disputó toda la segunda mitad sustituyendo a Perotti.
Si bien no pudo dejar su nombre en el marcador, firmó unos buenos minutos que le llevaron a la titularidad en el segundo encuentro amistoso del club de la capital italiana. Contra el Avellino, en el sorprendente empate por 1-1, formó parte del once inicial.
Compartió lugar en la delantera con dos de los pesos pesados: Dzeko y El Shaarawy. Tampoco pudo estrenarse como goleador, ni fue el asistente del único tanto romano, el de Schick. Jugó los primeros 45 minutos y dejó buenas sensaciones. Los goles ya llegarán, lo importante es que a Justin ya lo conocen en el Coliseo.