Como ya es habitual en el fútbol brasileño y mundial, el partido, disputado en el estadio Morumbí, de Sao Paulo, se jugó sin público y con rigurosas medidas de control y seguridad sanitaria para todos los jugadores, árbitros y cuerpo técnico.
El primer gol lo anotó el centrocampista Pablo, con cinco minutos de juego, de cabeza tras un preciso centro lanzado por Vítor Bueno.
El gol tempranero aturdió a Red Bull Bragantino y Sao Paulo se valió de ese desconcierto momentáneo para lanzarse contra la portería rival, aunque sin precisión y con una evidente falta de ritmo, después de cuatro meses parado por la pandemia.
Sin embargo, un despiste en pleno dominio y un balón perdido en la media propició un rápido contraataque de Red Bull, que igualó a los doce minutos a través de Matheus Jesús.
El gol del empate equilibró el partido y el nerviosismo se mudó a Sao Paulo, que perdió las marcas y encajó un segundo gol, anotado por Morato, aunque empató sobre el final de la primera etapa con un tanto marcado también por Pablo.
En la segunda etapa se repitió el libreto pero con Red Bull más animado, lo cual fue plasmado en el marcador por Artur, quien anotó el gol de la victoria en el minuto 65.
En Sao Paulo volvieron como titulares el español Juanfran, en la defensa; el veterano Daniel Alves, reinventado como armador, y el delantero Alexandre Pato, que aún intenta afirmarse en el equipo.
Los tres, mayores de treinta años, sufrieron el esfuerzo y se les notaron los meses sin jugar, pero se valieron del oficio y aguantaron casi todo el partido.
Alves, como es habitual, exageró en su ímpetu, fue amonestado por una fuerte falta y se perderá el próximo partido por acumulación de tarjetas amarillas.