Todo empezó cuando las fotos con el presidente y el futbolista en la cama salieron a la luz. Antonio González, el máximo mandatario del club, contó en un vídeo que Bernardo Caballero, el futbolista, fue su pareja.
Pero el presidente también acusó a Valentín Ozuna, el agente del jugador, al afirmar que las imágenes se había publicado como medio de coacción por parte de terceros para que dejase salir a Caballero a otro equipo.
Como respuesta a esas declaraciones, el representante de Caballero acusó a Bernardo González de haber hecho una orgía con 25 jóvenes y de amenazar y pegar a una paliza a un futbolista.
Reinaldo Acosta, abogado del futbolista y de otro jugador de Rubio Ñu presuntamente afectado, también se sumó a las palabras contra el presidente al asegurar que éste coaccionaba a sus jugadores sexualmente.
Bernardo González fue imputado por trata de personas con fines de explotación laboral y sexual en el fútbol. La fiscal Teresa Martínez ordenó su detención en el marco de la investigación.
El viernes fue allanada la sede del club y se confiscaron documentos varios, móviles, películas con contenido pornográfico, pendrives y hasta balas de armas de fuego.
La fiscal Martínez declaró a medios locales que se tienen antecedentes de casos de chicos paraguayos víctimas de trata en el fútbol, en el extranjero y en el país.
También se inhabilitó al futbolista Bernardo Caballero, de 25 años, quien denunció a González y aseguró que era forzado a mantener relaciones sexuales con él.
Rubio Ñú milita en la primera división paraguaya y también forma parte de la Unión de Fútbol del Interior (UFI), que decidió excluir provisionalmente al club de cualquier competición deportiva y actividades relacionadas al fútbol hasta que la situación sea resuelta por la justicia. Por su parte, el club negó haber estado vinculado a estas prácticas como institución profesional.