El Wolverhampton asestó un duro golpe al Espanyol en el partido de ida con ese 4-0. Se esperaba el arsenal ofensivo del cuadro inglés, pero no un resultado tan abultado. Y Adama tuvo parte de culpa en ello.
El extremo, en el 2-0, volvió a dar una clase magistral de cómo ir en moto en un campo de fútbol. Encaró a su par y, con un brutal cambio de ritmo, le superó para poner un envío al área.
Nadie pudo rematar su centro, pero el rechace lo pescó Neves en el borde del área para, con un disparo tremendo, perforar la portería espanyolista para firmar el 2-0.
20 de febrero de 2020