Tras superar al F91 Dudelange de Luxemburgo, el equipo griego había conseguido recientemente firmar el mejor inicio liguero del siglo, pero el sueño de prolongar la racha duró exactamente siete días desde que el récord saltó a los titulares.
"Nuestro objetivo es ganar siempre y no vamos a dejar de intentarlo. Es nuestro deber seguir motivados", aseguraba Marco Silva tras la victoria 17, pero el equipo se confió y no pudo pasar del empate en el siguiente partido.
Un modesto como el Platanias fue el encargado de acabar con las ilusiones del equipo dirigido por el técnico portugués. Todo se torció cuando el argentino Leo Ramos adelantó al equipo griego superado el ecuador de la primera parte. Era la primera vez que el Olympiakos se veía por debajo en lo que iba de Liga Griega y, a la postre, fue definitivo, pues los de Silva no pudieron remontar hasta la victoria.
El centrocampista Kostas Fortounis hizo el empate mediado el segundo tiempo, pero, pese a volcarse sobre la portería del Platanias, el Olympiakos no fue capaz de hacer el segundo.
Con una cómoda ventaja de 16 puntos sobre el AEK de Atenas, a los del Pireo ya sólo les queda intentar emular a su gran rival, el Panathinaikos, que en 1963-64 consiguió imponerse en la Liga Griega sin perder un sólo choque.
Paralelamente, el Estrella Roja serbio acumula 19 victorias consecutivas y podría acabar la campaña 2015-16 con el récord europeo de triunfos seguidos, aunque no les servirá para batir al Olympiakos, pues los serbios no tuvieron el inicio soñado que, hasta la fecha, han tenido los griegos.