Advíncula, que ya jugó en el Rayo la pasada temporada, aunque lo hizo cedido por Tigres, es propiedad del equipo español desde el pasado 29 de julio, cuando se oficializó el traspaso, vía opción de compra, por tres millones de euros.
Con esa operación, el Rayo, que no acostumbra a pagar por fichajes, hizo una apuesta de futuro por Advíncula al firmarlo por tres temporadas, hasta 2022, confiado en que pronto puedan regresar a Primera.
El jugador peruano, tras disputar la Copa América, se incorporó a los entrenamientos de pretemporada del Rayo tres semanas después que el resto de sus compañeros y ha llegado a este inicio de temporada sin el mismo ritmo competitivo que su competidor en el lateral derecho, Tito, titular frente al Mirandés.
Pese a su suplencia, Advíncula está llamado a ser un jugador importante esta temporada en el Rayo Vallecano y el propio futbolista ya ha declarado públicamente que no le importa jugar en Segunda.
"Toda mi vida fui un luchador y esta no va ser la excepción. ¡Vamos con todo como siempre! Lo mejor está por venir", escribió Advíncula en sus redes sociales.
Esta temporada, salvo un giro imprevisto de última hora en forma de una oferta difícil de rechazar para el Rayo, Advíncula vestirá la camiseta franjirroja con el número 17 a la espalda.