Si el 'Kun' está bien, el City está mejor. Y cuando está muy bien, el equipo de Guardiola da auténtico pavor a sus rivales. Hoy estaba especialmente inspirado, y de sus botas salieron tres de los cuatro goles 'citizen'.
El Borussia Mönchengladbach saltó al Etihad 24 horas después de lo esperado bien plantado, pero la defensa de cinco le duró ocho minutos, los que tardó Agüero en rematar en el primer palo un pase de Kolarov.
Por detrás en el marcador desde tan temprano obligó al 'Gladbach a correr más riesgos, y el City comenzó a jugar a placer.
Se llevó un susto el City cuando Agüero cayó al césped, doliéndose de su rodilla. Había sufrido un golpe, aparentemente sin consecuencias, pero el argentino se retorcía de dolor.
El público se temió lo peor, pero tras ser atendido en la banda y cojear un poco, volvió a jugar a pleno rendimiento. Mala suerte para los alemanes, pues este episodio no hizo sino 'enfurecer' al talentoso delantero.
Para colmo de males, Kramer cometió penalti sobre Gündogan, penalti que convirtió el propio Agüero, ya olvidado de sus molestias. No gustó nada esto a André Schubert, que sentó 'ipso facto' al autor del penalti. Partido para olvidar del campeón del mundo, el cuál querrá olvidar como la final de Brasil.
Con el 2-0 se fue el partido al vestuario, y la sensación de que esos dos goles sabían a poco, que el City podía haber hecho muchos más. Porque Bravo apenas tocó un balón o dos con las manos. El 'Gladbach sólo chutó una vez entre los tres palos.
Tras la reanudación, más de lo mismo. Posesiones largas del City, monólogo azul celeste, y un Mönchengladbach persiguiendo el balón y achicando balones, literalmente en más de una ocasión.
Porque de no ser por un Sommer tanto o más inspirado que su némesis Agüero, el resultado hubiera sido muy distinto.
Pero el 'Kun' tenía el día, y cuando tuvo una tercera clara, la enchufó. Recorte en una baldosa al meta rival y gol a puerta vacía. Golazo, perdón.
El Etihad era una fiesta, y Guardiola premió a los héroes de la noche con un cambio para ser ovacionados. Sterling, desfondado, Gündogan, reaparecido y a un sorprendente buen ritmo, y, como no, Sergio Agüero, el protagonista.
Entró en su lugar Iheanacho, y fue justo éste, a pase de Leroy Sané, el autor del cuarto gol. Ha quedado claro que este grupo será un mano a mano entre Barcelona y City.