Habiéndole dado una nueva oportunidad a Iheanacho y Navas, Pep demostró que también confiaba en su banquillo, pero la apuesta no le salió para nada bien. El español y el canterano inglés fueron lo peor de un City al que parece que le falta fondo y terminaron siendo sustituidos al inicio de la segunda mitad para dejar su lugar a Silva y a un Agüero que cambió el partido.
Y es que, la primera mitad 'skyblue' fue para olvidar. Ya ni el calor de su estadio le hace venirse arriba. Las fuerzas estuvieron igualadas hasta que en el minuto 30, Fernandinho dejó ver de nuevo que es una locura otorgarle el brazalete de capitán, viendo una roja directa por una entrada más que temerosa que se llevó por delante a Gudmundsson. Una tarjeta que significaba su tercera expulsión en los últimos seis partidos.
Con superioridad numérica, el Burnley trató de aprovechar el último cuarto de hora del primer acto para dar el primer golpe al marcador, pero el choque se fue al descanso sin que ningún portero experimentara peligro real.
Golpe de autoridad de Pep.
Tras el paso de descansos, Pep decidió ir en serio y dio entrada a dos de sus pesos pesados: Agüero y Silva. El español le dio dinamismo al ataque, pero la presencia del 'Kun' fue fundamental para que el City se acabara llevando los tres puntos.
No obstante, Clichy fue quien puso por delante a los de Pep con un disparo desde el pico izquierdo del área que se coló entre varios rivales y acabó entrando, ajustadísimo al palo largo. Sólo un par de minutos más tarde, Agüero se hizo con un rechace en el área tras un resbalón de Sterling y, casi sin ángulo, batió a Heaton. 2-0 y el Etihad, volando con el argentino.
Pero la inferioridad numérica acabó notándose al final y el Burnley trató de aprovecharlo. A sólo 20 minutos del final, Mee puso el 2-1 provisional con un 'gol fantasma'. Aprovechando un barullo en el área, el central remató de volea y el balón, tras dar en el larguero, botó en el suelo y, por unos milímetros, se le acabó dando validez. Para otorgar el gol fue necesario el uso del 'Ojo de Halcón'.
Arrinconado durante los últimos 20 minutos, el City se aferró a los tres puntos y los consiguió, gracias en parte a un paradón de Claudio Bravo en el minuto 92 a una vaselina de Keane. Victoria balsámica para los de Pep que demostraron que sufriendo también se gana.