Las redes sociales no perdonan y, claro, la instantánea de uno de los mejores entrenadores del mundo y jugadores de la historia con el zapato de un rival metido en la boca en una jugada esperpéntica es carnaza para memes. Pero, para Aidoo, no fue tan gracioso.
"Intenté hablar con él al acabar el partido, pero no pude porque Zidane ya estaba atendiendo a los medios de comunicación y no lo encontré por la zona de vestuarios. Me sentí un poco mal cuando me di cuenta de la repercusión que estaba teniendo en los medios de comunicación y en las redes sociales", dijo en una rueda de prensa con el Celta.
"Había gente que se reía por este incidente. No pude frenar, fue un accidente. Cuando llegué a entrenar el martes, estaba triste por la repercusión que había tenido y nadie me hizo bromas", añadió. Sus compañeros, por lo que contó, respetaron que, para él, no fuera gracioso.
Aprovechó para dar su parecer sobre los insultos racistas a Marega, que se fue del campo: "Es algo que no puede volver a pasar. Para un profesional, es muy difícil mantener la concentración si te sucede algo parecido. El ambiente en los estadios de LaLiga es diferente al de otros países. Personalmente, creo que no se va a dar una situación así en España".