Centro lejano al segundo palo, el 'bicho' se eleva y mete un golazo. Se trata de algo que se ha visto en infinidad de ocasiones, pero siempre hay tiempo para repetir los buenos momentos y el luso quiso hacerlo de nuevo. Se notó cómo lo buscaba desde el pitido inicial, insaciable.
Bicicletas, centros peligrosos, carreras y pases en profundidad que dejaban notar las ganas que tenía de marcar. Pero tuvo que ponerse a la cola, pues el primero en hacerlo iba a ser Dybala tras un buen rato de dominio por parte de la escuadra que dirige Sarri.
El argentino remachó un centro kilométrico desde la otra banda con una gran volea. La calidad de su golpeo residió en cómo calculó los tiempos para pillar desprevenido a Audero y colarle la pelota por su palo contrario. El bote de la pelota hizo que este no pudiera hacer mucho.
Le falló a los 'bianconeri' la concentración defensiva, pues un mal despeje acabó con la pelota en los pies de Caprari en lo que era un inocente pase de Ramírez a Depaoli. El delantero no se lo pensó dos veces y batió a Buffon, que estaba medio vencido, para firmar el empate.
Se abrió entonces el duelo, pero apareció el de siempre -Cristiano- para hacer lo de siempre -meter un golazo-. La diana llegó justo antes del descanso, lo que le dio más margen de maniobra a la Juventus de cara a organizar su segunda parte. El plan fue claro: bajar las pulsaciones.
La estrategia de los visitantes funcionó a la perfección. Tuvieron que pagar que hubiera más igualdad sobre el verde, pero la Sampdoria no estaba siendo capaz de llegar del todo a generar una ocasión clara ante la meta de Buffon, que paró con solvencia los pocos balones que le amenazaban.
Poco a poco, los 'blucerchiati' se erigieron en los que más buscaban el gol, conque sus contrincantes dieron un paso atrás para mantener tirando de temple y calma la ventaja. Cristiano volvió a buscar ampliar la ventaja con un disparo impreciso y Ramírez dio la réplica con una acrobática chilena mal ejecutada.
Al '7' de la Juve le anularon un gol por fuera de juego -sí que lo era- en el que recibió un pase en profundidad para quedarse solo ante Audero, le regateó con un habilidoso autopase y mandó la pelota al fondo de la red, que estaba vacía, con un toque sutil.
No cambió la tónica en el tramo final y se confirmó un 1-2 importante para que los de Turín se colocaran en la primera plaza del liderato con permiso del Inter. La Sampdoria, que necesitaba los puntos para alejarse de la zona de descenso, se queda justo al borde del infierno.