Esta temporada que acaba de terminar ha jugado, al menos media, en el Bournemouth. Volvió en enero a Londres, pero no jugó en la Premier hasta que la temporada estaba decidida, siendo titular en un únic partido.
La anterior también estuvo cedido, al Watford, y cuajó tal año que parecía que sería éste el suyo, que volvería al Chelsea por la puerta grande para jugarlo todo.
Pero Conte no lo consideró así. Ahora, Ake tiene ante sí una disyuntiva razonable. Por un lado puede buscarse una nueva cesión, seguir sumando minutos, y esperar a que le llegue la hora en el Chelsea.
Por otro lado puede negarse a salir cedido, y confiar en convencer a su entrenador trabajando duro en los entrenamientos.
Si opta por lo primero, pretendientes no le faltarán, eso seguro. Empezando por el Bournemouth. Aunque no parece seguro que el futbolista holandés esté dispuesto a volver.