Nathan Aké es un futbolista que tiene un gran futuro por delante. La pasada temporada, jugó a un gran nivel en el Watford, y en esta, tras estar cedido en el Bournemouth, ha vuelto al Chelsea.
Pero Conte sólo le ha dado dos partidos de Copa y parece que podría prescindir del holandés. Lo haría para abaratar la llegada de un compatriota, Virgil van Dijk, futbolista que está jugando muy bien en el Southampton.
El internacional llegó a los 'saints' en 2015 por 15'7 millones de euros tras rendir muy bien en el Celtic. Su juego ha crecido en la Premier y los grandes clubes lo quieren, pero tendrán que convencer a la entidad entrenada por Claude Puel.