El Zaragoza tiene mala pinta. Muy mala pinta. El equipo se queda en puestos de descenso tras una actuación calcada a la de la última vez por el aspecto negativo. La Ponferradina les remontó y el Rayo Vallecano les remontó. El gol de Igbekeme, con 'ayuda' de Dimitrievski, y la mejora posteriormente mostrada quedan en nada.
Los de Iraola, como los de Bolo auquella vez, hicieron lo que debían hacer. El técnico introdujo una segunda unidad de refuerzos para hacer todavía más intenso el bombardeo de la segunda mitad en búsqueda del empate y le salió de perlas. No dio abasto el cuadro maño y acabó cayendo.
Antes, el equipo de Iván Martínez mostró una muy buena cara, en el tramo de después del tanto de Igbekeme. Un disparo desde la frontal del centrocampista confundió a Dimitrievski, que no fue capaz de atrapar la pelota y dejó, sin querer, que entrara en su portería.
Fue con esta mínima ventaja con la que los 'blanquillos' se desenvolvieron mejor. Combinaban con calma, se cubrían atrás, donde Guitián y Jair aguantaban con mucho acierto y Narváez iba buscando espacios en ataque para ampliar la ventaja. Conforme corrió el cronómetro, esta llama se fue apagando.
El conjunto fue permitiendo más y más llegadas del Rayo sin dar un pasito adelante y terminó pagándolo. Isi y Antoñín se convirtieron en los dos puñales ideales para desangrar la zaga y Álvaro García, que llevaba todo el partido insistiendo, al fin encontró la forma de ser diferencial.
Y la encontró en el segundo tanto, el de la victoria. Antes, Antoñín cazó el rechace de un testarazo de Isi que paró con mucho acierto Cristian Álvarez e hizo las tablas. Después, fue Pozo -buena actuación la suya- quien remachó un centro de Álvaro García con la diestra para hundir a los de Iván Martínez. El Zaragoza no levanta cabeza.