Robert Lewandowski, a sus 32 años, ha sublimado su rendimiento. Por edad, la apuesta parecía complicada, pero lo cierto es que sus últimos cinco años son, por cifras y rendimiento, los mejores de su vida. Y si ya fue difícil todo lo que logró el curso pasado, ahora ha logrado el más difícil todavía: superar ese listón.
Quizá tenga que ver un inicio más dosificado, o simplemente que es una de las piezas más perfectas del gran engranaje que ha montado Hans Flick en el Allianz Arena.
La brillante temporada del triplete muniqués, en clave personal, finalizó también con los galardones de máximo anotador en todas esas competiciones. En total, 55 goles y 9 asistencias en 4.134 minutos, lo cual le dejó una media de 1,2 tantos y 0,2 asistencias por cada 90 minutos. Su promedio de contribución anotadora: 1,39.
Tras los 622 minutos que lleva en todas las competiciones esta temporada, ya se ha elevado hasta los diez goles y cuatro asistencias. Su media es demoledora: 1,45 tantos y 0,58 asistencias. Dicho de un modo más bestial: genera 2,03 goles por cada 90 minutos de juego.
Hasta la campaña 15-16, la única vez que había superado la unidad de goles fabricados (1,04) fue en la 12-13, el año que dejó su mejor rendimiento como jugador del Borussia Dortmund (36 goles y 12 asistencias). Desde la 16-17, no obstante, es su realidad.
Alcanzó entonces el 1,14 de media (0,96 goles y 0,18 asistencias). A partir de ahí: 1,11 en la 17-18 (0,99 + 0,12) y 1,08 en la 18-19 (0,87 + 0,22), para demostrar su gran nivel de activación.
Solo un tipo absolutamente enchufado y convencido es capaz de haber firmado a estas alturas un póker, un 'hat trick' y un doblete en solo cinco jornadas ligueras. Lewandowski volverá a opositar a gran goleador del año. De hecho, ya amenaza seriamente la primera posición de la clasificación de la Bota de Oro.