Las críticas en torno al VAR se reproducen semana tras semana en la Premier League. Si se reclamó una roja a Gio Lo Celso en el Chelsea-Tottenham y un penalti del Manchester City frente al Leicester, lo ocurrido en Turf Moor rozó lo surrealista.
En pocas ocasiones se anula un gol para pitar un penalti previo. Fue lo que ocurrió en el Burnley-Bournemouth, en un partido clave para el equipo de Eddie Howe, que acabó contrariado.
Todo ocurrió en la segunda mitad. Con el Burnley ganando por 1-0, Harry Wilson marcó el tanto del empate, un gol que suponía una nueva vida para un Bournemouth que necesitaba la victoria.
Sin embargo, el colegiado del encuentro paró la celebración del Bournemouth al llevarse la mano al oído. Segundos antes, un pase de Dwight McNeil había golpeado sobre Adam Smith en el área contraria.
Finalmente, y tras la revisión en el VAR, el árbitro del partido decidió anular el tanto de Harry Wilson para pitar penalti a favor del Burnley por mano. Jay Rodríguez, desde los once metros, marcó el 2-0.
El Burnley se hizo con la victoria final por 3-0, pero todo pudo cambiar en una jugada con polémica y que hizo que el Bournemouth se hundiese un poco más en el partido y la clasificación.