El centrocampista croata se quedó en la orilla, tras superar dos tandas de penaltis y una prórroga agónica ante Inglaterra, cuando ya oteaba el cetro mundial como credencial para el Balón de Oro.
La Selección Francesa le robó el sueño a Croacia en Rusia, dejando al mago de Zadar sin truco que resolviera la papeleta de Moscú, que empezó torcida por un gol en contra de Mandzukic.
Los focos señalaban a Luka Modric, pero el faro croata se apagó en una final marcada por la exhuberancia física de los de Didier Deschamps, encomendados a su rigurosidad defensiva para ganar el Mundial.
Merced al paso de los minutos y la contundencia de los mazazos galos, la Selección Croata se fue diluyendo ante la impotencia de su capitán, exhausto tras el esfuerzo durante el torneo.
Premiado con el Balón de Oro del Mundial, Luka Modric se había erigido como la gran alternativa para discutirle el trono a Cristiano Ronaldo y Leo Messi en el Olimpo del fútbol.
Sin embargo, el centrocampista no pudo liderar a la su selección hacia la Copa del Mundo, perdiendo por el camino gran parte de sus opciones por coronarse como el mejor jugador de mundo.