El Arsenal visitaba al Manchester United henchido de confianza, ávido de revindicación ante un José Mourinho acostumbrado a ningunar al combinado 'gunner' que hasta este verano dirigía Arsene Wenger, uno de sus tantos archienemigos dialécticos.
Sin embargo, los londinenses aterrizaban en Old Trafford con Unai Emery al frente del equipo, demostrando una personalidad renovada, desacomplejado y con ganas de ajustar cuentas con unos 'red devils' en plena guerra civil entre Pogba y Mourinho.
No obstante, el protagonismo lo asumió David De Gea poco antes de cumplirse la primera media hora de juego. El guardameta español volvió a exhibir su peor versión y no logró despejar un remate tibio de Mustafi, dejando una de las postales más sonrojantes de la temporada en la Premier League.
Por fortuna y mala praxis del linier, Ander Herrera -en fuera de juego- asistió a Martial para que firmase el empate minutos después, dejando sin tiempo a las gradas de Old Trafford para silbar a un equipo que deambula octavo en la tabla de clasificación.
Ya en la segunda mitad, Lacazette, que partió desde el banquillo, necesitó solo tres minutos para poner el 1-2 en el marcador. Un resultado que apenas duró 40 segundos, después de que el Manchester United explotara las miserias defensivas del Arsenal desde el saque de centro.
Aunque Aubameyang y Mkhitaryan disfrutaron de varias ocasiones para lograr la victoria visitante, el cúmulo de despropósitos acabó repartiendo los puntos entre ambos equipos.