El trabajo es innegociable. El esfuerzo es lo mínimo que se debe ver en un campo de fútbol. Y en estas ideas no tienen cabidad las dudas para el centrocampista azulgrana.
El mal partido de Chile dejó algún que otro indulto. Arturo Vidal firmó un partido decente, buscando el gol en dos ocasiones, comenzando la jugada del 3-1 y mostrándose férreo y con hambre en la medular.
Su labor fue reconocida posteriormente en las redes sociales, las tertulias de bares de toda la vida en versión 2.0. Ochoa le dejó sin marcar con una brillante parada, mientras que al filo del descanso volvió a buscar portería.
El 'culé' fue el origen de la jugada del único tanto chileno. Mauricio Isla recibió un buen balón de Vidal y pudo asistir a Nico Castillo para que pusiese el 3-1 en el marcador.
Además, no dejó de correr, presionar, perseguir y trabajar durante los 90 minutos, mostrándose también coluntarioso en las facetas más defendsivas y, por ende, menos agradecidas.