El mundo del fútbol está especializado en el todo o nada. Hay quienes gastan más de la cuenta esperando obtener rentabilidad a largo plazo y quienes hacen lo que sea con tal de conseguir el éxito en el mundo del fútbol.
Cierto es que también hay dirigentes sensatos y que gastan en consonancia a los ingresos del equipo, pero la cultura del despilfarro es la que manda en el deporte del balompié.
Una tendencia que, cual ludópata compulsivo, se acentúa cuando vienen mal dadas. La consultora 'Vysyble' ha avisado recientemente de que los equipos del Championship inglés gastan más de lo que deberían por su obsesión de volver cuanto antes a la Premier League.
Durante los últimos veranos, no ha sido extraño ver fichajes multimillonarios que no podrían hacer la mitad de equipos de Primera División en España en la segunda categoría del fútbol inglés.
Desde 2008-09, la inversión desmesurada en fichajes ha provocado catástrofes económicas en varios equipos, algunos recién descendidos. Y el problema alcanza mayor dimensión si se logra el ascenso, pues el equipo que alcanza la Premier League suele invertir aún más para poder competir al máximo nivel.
El estudio asegura que los recién ascendidos pueden llegar a afrontar pérdidas de unas 300.000 libras semanales, lo que se proyecta en un balance negativo de 16,2 millones de libras (unos 18 milllones de euros) al final del ejercicio. De todos los que han subido entre 2008 y 2016, sólo el Crystal Palace logró acabar con beneficios el año de su regreso a la Premier. El resto, bien perdieron por querer ser más competitivos o por pagar los excesos cometidos el año anterior en el Championship.