Ambos jugadores hicieron uso de los cursos con nociones básicas de reanimación que reciben cada año hasta que saltó al campo el cuerpo médico del Atlético, que pronto estuvo acompañado del los médicos del Deportivo.
Una vez al ver que Torres podría correr riesgo de asfixia, los doctores utilizaron una cánula de Guedel. Esta herramienta tiene la función de separar la lengua del paladar, para evitar que se pueda dar la vuelta y obstruir las vías respiratorias.
Además, también se le colocó un collarín por si el 'Niño' hubiera sufrido algún tipo de daño cervical. Una vez fuera de peligro, se le llevó al hospital para realizarle un TAC cerebral y otro a la altura del cuello, demostrando, cada uno, que el jugador no había sufrido daños graves.