El fútbol en Argentina está transitando momentos críticos, con hechos que exceden lo meramente futbolístico, y trascienden hacia sectores sociales. En la semana se han conocido problemas que preocupan a los seguidores, y que son un reflejo de los inconvenientes latentes.
El caso de menor envergadura lo ocupa el arbitraje, tan cuestionado por aficionados y periodistas. Los encargados de impartir justicia en los encuentros de Primera División y las categorías de ascenso no tienen un buen presente, y son colocados en el centro de las críticas.
Las especulaciones acerca de los numerosos fallos se acrecientan con el transcurso de las fechas, lo que indica la falta de credibilidad hacia los colegiados y el sistema de AFA.
En un escalón encima, se localiza la gran causa que mantiene en vilo a la sociedad argentina desde hace varias semanas. Las sospechas por posibles abusos sexuales a menores de edad en distintos clubes del país son graves efectos de la corrupción interna de los clubes deportivos.
Las redes son extensas y abarcan a múltiples profesionales, que habrían colaborado con la reproducción de estas penosas acciones.
Independiente de Avellaneda y River Plate son dos de los equipos que salieron a la luz, y se espera que aparezcan nuevos casos relacionados a este lamentable accionar.
En la cúspide de la violencia y el desacato de la ley se encuentra un hecho que impactó en la B Nacional. Un hincha de All Boys fue encontrado muerto tras una disputa interna entre dos facciones de la barra brava del conjunto. Luego de una escala ascendente de conflictos, un simpatizante de otro grupo ‘rival’, disparó sobre este sujeto y lo sentenció a la muerte.
La violencia está adquiriendo altas cotas y los canales institucionales ya no son suficientes para contener tantos episodios lamentables.