Ocurrió durante el duelo de semifinales de la Europa League en el que se enfrentaron Liverpool y Villarreal. Marcelino de aquellas entrenaba al equipo castellonense, y la tensión de la ida desembocó en un encontronazo entre ambos en la vuelta.
Porque en España muchos dejan hacer al técnico asturiano. Escuchan sus quejas y lamentos, sus protestas y reclamaciones y lo asumen como algo normal. Pero con Klopp, Marcelino encontró la horma de su zapato.
El técnico alemán plantó cara al menudo entrenador español, y los dos protagonizaron un tenso encuentro a viva voz que terminó con un abrazo no excesivamente fraternal entre ellos.
Pero su rifirrafe continuó en la sala de prensa. Allí, Klopp, cuando le dijeron que a Marcelino le sentaba mal que celebrase con esa efusividad los goles, le espetó un "no sería como él ni un segundo de mi vida", al tiempo que reconocía que el asturiano era un gran entrenador.