El billete para disputar la gran cita de 2004 costó bastante más de lo esperado. En un grupo con Grecia, Ucrania, Irlanda del Norte y Armenia, nadie habría pensado que España no acabara primera. Pero ocurrió. Fue segunda y ello le llevó a la novedosa repesca que había organizado la UEFA. Y ahí apareció Noruega.
El choque de ida tuvo lugar en Mestalla, mismo escenario de esta vez, el 14 de noviembre de 2003. El miedo al fracaso estaba patente. Y se acentuó más aún cuando un tanto de Iversen dio ventaja a los nórdicos al cuarto de hora de juego.
Iversen, el mismo tipo que había firmado la derrota en la anterior Eurocopa en el célebre fallo de Molina en su salida. Había motivos para estar asustados.
Por suerte, Raúl pudo empatar muy pronto, aunque el tanto fuera de casa ya era una baza sicológica para los noruegos. A cinco minutos para el final, entre Rubén Baraja y el defensa Henning Berg hicieron subir el 2-1.
Ello permitió ir con algo más de calma al Ullevaal Stadium de Oslo, donde el favoritismo sí que salió a la luz merced a un 0-3 allanado por Raúl González pasada la media hora y sentenciado por Vicente y Etxeberria.
Aquella noche, el once elegido por el combinado que entonces entrenaba Iñaki Sáez no era precisamente para sufrir, pero aquella España tampoco ofrecía especiales garantías.
Casillas; Míchel Slagado, Marchena, Helguera, Puyol; Etxeberria, Albelda, Baraja, Reyes; Raúl y Fernando Torres compusieron la alineación de partida. Además, en la segunda parte jugaron también Joaquín, Vicente y Valerón.