¿Pelé o Maradona? El eterno debate, especialmente en la zona sudamericana, siempre ha marcado dos tendencias bien diferenciadas. Pero, sea cual sea la elección, los méritos de cada uno de ellos son innegables.
En el caso del brasileño, su adolescencia ya avisaba de la trayectoria que tendría en los terrenos de juego. Con Santos tuvo dos debuts y en ambos marcó: en un amistoso ante Corinthians y en partido oficial frente a Cubatão el 7 de septiembre de 1956, con 15 años.
Tras un inicio más que prometedor, fue adquiriendo protagonismo. En 1956 se proclamó campeón del Paulista, ya con 16 años, torneo del que acabó como máximo goleador. Su nombre traspasó fronteras y empezó a forjarse la leyenda del fútbol que hoy sigue siendo.
Pero para dar el salto definitivo todavía le faltaba una gesta de dimensiones aún mayores. Y así lo hizo. Brasil convocó a Pelé para el Mundial de Suecia de 1958, aunque el delantero no participó hasta el tercer encuentro.
Dio todo un recital junto a Garrincha y derrotaron por 2-0 a la antigua URSS de Lev Yashin, logrando el pase a cuartos de final. Allí les esperaba Gales. El 'crack' brasileño marcó el gol de la victoria y llevó a la 'Canarinha' a las semifinales ante Francia de Fontaine y Kopa.
Brasil arrasó a los galos por un 5-2 y Pelé volvió a brillar. Firmó un 'hat trick' y los sudamericanos se plantaron en la final. Suecia, el anfitrión, era el último escollo que separaba al joven jugador de la Copa del Mundo.
'O Rei' marcó su célebre gol con globo incluido para hacer el tercero de una Brasil que terminó arrasando por 5-2. Ya estaba hecho. Con sólo 17 años, Pelé se proclamó campeón del primero de los tres Mundiales que conquistaría.