España terminó ganando el Mundial y la cosa no pasó a mayores, pero la dureza de Holanda y la amarilla de Webb a De Jong tras una patada criminal en el pecho de Xabi Alonso aún no se han borrado del imaginario español.
"Xabi Alonso cabeceó un balón hacia David Villa y en ese momento De Jong chocó contra él. En ese momento, yo estaba justo detrás de Alonso, a diez yardas, por lo que no vi el punto exacto de impacto. Yo sabía que había sido una entrada a destiempo, contundente y merecedora de sanción", explica en su libro Howard Webb.
"Ninguno de mis ayudantes me dijo nada por el pinganillo por lo que mostré una amarilla por aquello que vi con mis ojos. Con la mano en el corazón, nunca se me pasó por la cabeza que era roja. Estaba convencido de que era tarjeta amarilla", añadió.
"Cuando saqué la amarilla vi una furiosa reacción de los españoles, tanto dentro como fuera del campo. Yo pensaba que estaban cabreados por la dureza física que estaban mostrando los holandeses. Incluso pensé que era porque no había aplicado la ley de la ventaja en el cabezazo de Xabi hacia Villa", incidió el colegiado.
"No fue hasta el medio tiempo cuando me di cuenta de que a entrada de De Jong podía haber sido roja. Me sentí muy fastidiado. Creí que había fallado en una final de un Mundial. ¡Qué puta pesadilla! Volví al campo con la cabeza dándome golpes y el corazón palpitando fuerte", recordó Webb, que agreadeció que España hubiese logrado el título.