El destino tiene narices, con perdón. El sorteo de este viernes de los octavos de Copa del Rey iba a deparar una sorpresa para Levante y Valladolid: un reencuentro el próximo martes, aunque esa vez será en el José Zorrilla. Lo que ocurrió en el Ciutat de València horas después fue otra historia.
Y para más inri, el resultado final fue de 2-2, el mismo que ambos obtuvieron en la anterior jornada de Liga, la que cerraba la primera vuelta (el Levante, ante el Cádiz y el Valladolid, contra el Elche). Los duelos directos por la zona baja se están dejando ver con goles, sobre todo si participa el equipo 'granota'.
Curiosidades que aumentaron el 'hype' para este bonito encuentro que abría la jornada 20 del campeonato. Un choque al que el Valladolid llegaba con medio equipo en la enfermería y muchos cambios, especialmente en la sala de máquinas, donde entraron Míchel y Toni Villa.
El Levante apareció con la dupla de La Fábrica formada por Jorge de Frutos y Dani Gómez. Este últmo acompañó a Roger en el frente de ataque y alborotó el encuentro cuando parecía ir encaminado a un soso tramo final. Porque la primera parte no tuvo mucha salsa, más allá del respeto mutuo y la toma de contacta protocolaria.
Fue claro el guion de partido: el Levante se adueñó del balón por momentos y el Valladolid, más cómodo a la contra, tuvo las mejores para adelantarse. Alcaraz, que luego conseguiría su premio, tuvo hasta dos grandes disparos que rozaron el gol, pero no hubo manera, apenas había acierto sobre el Ciutat de València.
Pronto, en el segundo tiempo, el Levante agitó la coctelera con esa carrera fantástica de De Frutos y el mejor remate cruzado de Dani Gómez para hacer el 1-0 en el minuto 62. Sin embargo, a la tercera fue la vencida para Alcaraz, que levantó de un golpe la moral del Valladolid, más concretamente de un latigazo desde la frontal que tocó en el palo y entró. El mejor gol de la noche.
Cinco minutos después, en el 78', el Valladolid le daba la vuelta a la tortilla con una asistencia fenomenal del recién entrado Pablo Hervías y el chut de Óscar Plano, que hacía el 1-2 ante la cara atónica de Paco López y de los jugadores 'granotas'. Pero apareció el de siempre para rescatar los muebles en tierras valencianas.
La derrota hubiera sido un jarro de agua helada para el Levante. Y Roger hizo de tripas corazón para salvar un punto con un derechazo valiente que tocó un lento Bruno y se coló en la portería de Masip. 2-2, finalmente, aunque Levante y Valladolid se hubieran quedado marcando goles hasta el amanecer. Un punto y a seguir escalando por la permanencia.