La atroz patada en la cara que conmocionó al fútbol polaco

Todo cometemos errores, y de cuando en cuando, a quien más, quien menos, se le ha escapado una patada a destiempo. Pero la que le propinó Kamil Bilinski a Branislav Pindroch no tiene nombre.
Ocurrió durante el Podbeskidzie-Resovia Rzeszów, de la Segunda División polaca. Ganaban los locales gracias a un madrugador gol de Goku, apodo futbolístico del rosense Joan Ángel Román Ollè, cuando en el 31' se quedaron con uno menos.
Fue la roja más merecida que se recuerda en mucho tiempo. La vio Bilinski por soltar una coz en la cara a Pindroch, el portero rival. Su gesto de rabia fue desmedido, aunque no parezca tener la menor intención de golpear a su rival.
Corría a por un balón largo, al área, el ariete polaco, pero su remate, muy forzado, se lo tapó el guardameta visitante. Ambos chocaron y el balón se perdió por línea de fondo.
Entonces fue cuando a Bilinski le saltó el relé. Soltó la pierna, como si fuera a pegar una patada al aire, pero estaba la cara del portero rival en su trayectoria. Le pegó un patadón con todos los tacos en la cara al pobre Pindroch, que le dejó más que dolorido.
En ese momento Bilinski fue consciente de lo que había hecho, y reclamó la entrada de las asistencias como el que más, mientras los compañeros de Pindroch miraban sin saber muy bien qué había ocurrido en el choque.
Su reacción, aunque noble, no le salvó de ver una roja más que merecida. Bilinski se fue a los vestuarios maldiciendo su estampa, a la espera de conocer la sanción, posiblemente ejemplar, que le caerá. El partido, por cierto, lo acabó ganando 2-0 el Podbeskidzie.