Parece que a Aubameyang le da bastante igual si está en Alemania o, por ejemplo, Azerbayán. Los puede marcar a pares, o de tres en tres, o quedarse sin mojar y volver loca a la defensa rival. Hoy le ha tocado al Qabala sufrirle.
Y eso que empezaron amenazantes, con una buena ocasión en los primeros minutos, pero pronto los azeríes dejaron claro que no iban a ser un rival a la altura del potente equipo germano.
Ese primer aviso, salvado por Hummels bajo palos, fue el toque necesario para que la máquina engranase. Y vaya si lo hicieron. El Borussia se hizo dueño de la pelota y el partido y parecía cuestión de tiempo que estrenasen el marcador.
El tanto se demoró media hora, pero terminó llegando. Pase de Reus, y globo desde fuera del área de Aubameyang ante el que nada pudo hacer el portero rival, al que nada hay que recriminar a pesar de los tres goles (hizo un total de 9 paradas).
Poco después, el segundo. Pase de Kagawa y sutil definición en el mano a mano del goleador de la noche. Con el 0-2 y una posesión de 20-70%, se fueron al vestuario. El partido estaba resuelto, quedaba por ver cuántos más encajarían los azerbayanos.
Cualquier intento de sublevación ante el nuevo orden establecido por el conjunto amarillo fue rápidamente sofocado. Pase, pase, pase, ocasión. Así hasta el '72, cuando un disparo mal despejado al centro del área chica por Bezotosny, el portero local, fue cazado por el de siempre, y para dentro.
Hattrick de Aubameyang que terminó de matar el partido. A pesar de ello, en el descuento, Dodo metía el tanto del honor para los locales. Suficiente castigo.
Los de Tuchel suman 7 puntos, por uno sólo del Qabala. A la espera de que se dispute el partido entre PAOK y Krasnodar (2 y 3 puntos, respectivamente), los germanos empezarán sí o sí como líderes la segunda vuelta de esta fase de grupos.