Según ha podido contactar el diario 'AS' con el entorno de Gareth Bale, el galés no está dispuesto a facilitar su salida del Santiago Bernabéu y se aferra a los 14,5 millones de euros anuales de sus tres años de contrato como respuesta a la presión de Zidane.
En este sentido, el citado medio sostiene que desde el círculo más cercano al futbolista solo se repite un mensaje como un mantra: "Bale no se va a marchar a ninguna parte". Las dos ausencias en la convocatoria seguidas tuvieron su colofón con 90 minutos de banquillo frente al Betis.
Mientras el galés esperaba poder despedirse de su afición sobre el césped, el técnico francés no le sacó siquiera a calentar. Un gesto que ha terminado de deteriorar la relación entre el futbolista y el entrenador, rota desde el final de la temporada pasada.
Pese a las pistas que Zidane le ha dado a Bale sobre su futuro en el Real Madrid, el galés se mantiene estoico en su negativa a facilitar su salida. Una medida que en el Bernabéu interpretan como una táctica para mejorar las condiciones de su traspaso.
Urge recordar que el galés tiene contrato hasta 2022, a razón de 14,5 millones de euros por temporada. Cifras de estrella mundial que pocos equipos se pueden permitir y que el jugador no está dispuesto a perdonar, por muchas indicaciones hacia la puerta que se encuentro.
Mientras tanto, Jonathan Barnett, agente del futbolista, tantea su regreso a la Premier League, donde el Manchester United no descarta una ofensiva e incluirle en la 'operación Pogba' en la que trabaja paralelamente el Real Madrid.