Ni Barça ni Atlético. No hubo vencedor en la 'final' por la Liga del Camp Nou en un partido angustioso, que acabó casi como el del año 2013-14, en tablas y con ambos rendidos, aunque esta vez sin la evidente felicidad 'colchonera'. El empate da alas al Real Madrid después de la eliminación europea y los blancos ya dependen de sí mismos para ser campeones y salvar la temporada.
Para evitar tal desenlace, el Atlético arrancó con un planteamiento muy atrevido en un campo en el que normalmente solo defiende. El Cholo le ganó el duelo en el tablero a un Koeman que no solo estuvo ausente en el banquillo, sino también en el desarrollo del primer tiempo. Por más que habló por teléfono con sus ayudantes, no fue capaz de cambiar la dinámica de un choque que fue claramente rojiblanco en los primeros 45 minutos.
Lemar, Suárez... los avisos se sucedieron en el comienzo, mientras el Barça aún trataba de dar sentido a tanta posesión. Interpretaron mejor el choque los rojiblancos, sobre todo tras el brutal choque entre Busquets y Savic que obligó a salir al centrocampista y que dio minutos a Ilaix. No fue esta vez el talismán esperado el canterano y su actuación fue más bien discreta. Su entrada, además, provocó que De Jong jugara como mediocentro, lo que desconectó por completo al Barça. No le llegaba el balón a Messi con fluidez, Pedri estaba desacertado y Griezmann tenía que bajar demasiado. Aparecían Jordi Alba y Dest, pero sin delantero al que servir los balones.
Un Atleti valiente
Enfrente, Ter Stegen tuvo que hacerse grande para mantener con vida a los azulgranas. También Lenglet, que le sacó a Llorente un remate clarísimo que parecía que iba a ser el 0-1. Un paradón del alemán precisamente al rojiblanco evitó el 0-1 en unos minutos en los que el Barça estuvo grogui. Suárez también puso a prueba a su ex compañero y el Barça solo respiraba cuando Messi entraba en contacto con el balón. Una genialidad suya fue la única ocasión azulgrana en todo el primer tiempo. Pero qué ocasión. Se fue de cinco y chutó en franca posición desde la frontal. Ajustó en exceso y también voló Oblak para rozar con la yema de los dedos y enviar a córner.
El primer tiempo acabó con nuevo susto para el Barcelona. Sacó rápido un córner el Atlético y Felipe estuvo a punto de provocar un terremoto como el de Anfield. Apareció completamente solo en el área y remató a las nubes cuando lo más fácil era marcar el primero. Visto lo visto en los primeros 45 minutos, parecía que solo el Atlético se jugaba algo. Y es que el Barça ha llegado a la fase decisiva de la temporada sin el vigor de su excelente racha, que pareció alcanzar el cénit con la conquista de la Copa del Rey.
El segundo tiempo fue otra cosa para los 'culés'. Mientras el Atlético cada vez le hacía menos ascos al contragolpe, el Barcelona empujaba con más ganas que fútbol. Estuvo lento Ilaix y se le adelantó Hermoso en una jugada larga de los azulgranas y luego Piqué cabeceó a las manos de Oblak un centro de Messi. Al menos, los de Koeman ya demostraban que querían ganar.
El Atlético cada vez llegaba menos y el Barça encontró un nuevo aliado en el balón parado para asustar al líder. Parecía que los papeles se habían cambiado. Oblak palmeó a córner una falta directa de Messi y Araujo llegó a cabecear a gol un centro de Jordi Alba, pero estaba ligeramente adelantado. En la jugada siguiente, Luis Suárez corrió igual suerte tras una falta en ataque de Carrasco por agarrón a Piqué en la que el uruguayo no había perdonado ante Ter Stegen.
Entendió por fin Koeman que el Barça necesitaba un gol para seguir con vida en la Liga y metió a Dembélé y a Sergi Roberto. El galo fue carrilero y el canterano reforzó el centro del campo, pero demasiado tarde. Dembélé, de hecho, fue de lo mejor. El galo tendría la más clara de la segunda parte, un cabezazo en un centro desde la izquierda tras una jugada de ataque bien elaborada por el Barça que se le fue por encima del larguero.
Quedaban cinco minutos y ya escasas fuerzas. Solo Messi podía evitar las tablas y estuvo a punto de lograrlo en el 90'. Falta directa que se sacó de la manga y que colocó a un palmo de la escuadra. A Barça y Atleti no les dio ni para el subidón final. Los dos minutos de añadido de Mateu Lahoz apaciguaron el fulgor de ambos y empezaron a cambiar la cara a un Real Madrid que ya depende de sí mismo para ser campeón. Una verdadera oportunidad perdida en el Camp Nou.