Al Madrid le va la vida en Múnich. Hace tiempo que decidió jugárselo todo a la Champions, competición que aspira a ganar por tercer año consecutivo. Llegarán los blancos a la cita convencidos de su experiencia en los partidos importantes, pero también con dudas tras el tremendo sufrimiento ante la Juventus y el empate liguero con el Athletic.
Para descargar tensiones, Zidane decidió dar descanso a su plantilla este viernes. Una jornada en la que recargar pilas y estar con la familia, aunque siempre con el Bayern en el horizonte. Por si fuera poco, la tropa de Heynckes llega al partido después de destrozar en la DFB Pokal al Bayer Leverkusen.
Una vez concluya la jornada de descanso, al Madrid le restarán cinco días antes de buscar el asalto del Allianz Arena, un terreno de juego en el que ya llegó a vencer por 0-4 con Ancelotti en el banquillo y, en el curso pasado, por 1-2 y obrando una remontada.
Así, el Madrid realizará tres sesiones en Madrid, elevando la intensidad de las mismas tal y como apuntó 'Marca'. La idea es que el equipo entre en una rutina con la que, sobre todo, poner en órbita a aquellos jugadores que tienen menos confianza. Es el caso, por ejemplo, de Bale o Benzema.
El cuadro blanco quiere esquivar las críticas externas, aunque ha sido Varane el que ha reconocido que en el vestuario saben que hay mucha gente esperando que el Madrid fracase. Con todo esto sobre la mesa, Zidane y sus chicos partirán el martes hasta Múnich, donde realizará un último entrenamiento antes de encarar una final anticipada.