El equipo de Berizzo logró un premio merecido, pero que se antoja corto tanto para los méritos de los celestes como para el encuentro de vuelta.
El primer tiempo transcurrió con un Celta que iba a más con el paso de los minutos, aunque no terminaba de poner en aprietos a un ordenado cuadro ruso.
En los últimos minutos del primer periodo se vio la mejor versión de los locales, que dispusieron de las mejores ocasiones en las botas de Guidetti, por dos veces, y Sisto.
Tras la reanudación, llegaron los goles. El primero lo hizo Wass de falta directa desde unos 30 metros de distancia. El bote jugó en contra de Kritsyuk, que no pudo evitar el 1-0.
Sin embargo, el tanto espoleó a los visitantes, que se pusieron el mono de trabajo y tuvieron sus mejores ocasiones para incluso haberse llevado el choque.
El 1-1 llegó por medio de Claesson, que resolvió de forma brillante una ocasión dentro del área, pero que debería haber sido invalidada por fuera de juego.
A continuación, Sergio salvó el 1-2 en una acción calcada, lo que hizo espabilar al Celta, que pasó de ser dominado a volcarse en busca del 2-1.
Al final, Beauvue, que sustituyó a Guidetti, encontró un remate que le da aire a los suyos e ilumina algo más el camino hacia Rusia.