Bélgica saca el rodillo, aplasta a Estonia y mete miedo a Europa

Meunier, Mertens, Hazard, Carrasco y Lukaku han sido los autores de la goleada, con permiso del gol de Anier para los bálticos y el tanto de Klavan en propia puerta.

Bélgica ha ganado, ha goleado y lo más importante es que lo ha hecho jugando bien, un placer para los aficionados a este deporte.

Salió Bélgica con ganas de arrollar a su rival, y a los diez minutos ya iba por delante en el marcador. A la media hora ya estaba éste reflejando un contundente 3-0, y sólo entonces reaccionó Estonia.

Robo a Carrasco en zona peligrosa, balón para Anier, quien recibió de espaldas, media vuelta y gol. La primera, adentro. Le entraron las dudas a la selección belga y casi agradeció el descanso, un descanso que demandaba Estonia un minuto atrás.

Tras la reanudación siguió el dominio belga, pero no estaba bien. Faltaba algo, quizá el gol sembró de inseguridad a los 'diablos rojos', pero poco a poco fueron entrando de nuevo en calor y funcionando.

La sociedad Hazard-Mertens-Carrasco fue demoledora, y la aportación de De Bruyne en la creación, vital aunque poco visible. El cuarto gol llegó a la hora de partido, obra de Carrasco, y entonces comenzó el festival.

Dos minutos más tarde se colaba por la línea de fondo Mertens y su centro al área, a media altura, lo remató Klavan en su propia portería. Día negro el del central estonio, que veía como volvía a desviar un balón al fondo de sus redes.

Cuatro más tarde llegó por fin el gol de Mertens, el primero que no toca nadie rival para su fortuna. Sólo faltaba por marcar Lukaku, y Bélgica se empeñó en que lo lograse.

El del Everton estaba empezando a desesperarse, pero en el 83 y luego en el 86 llegaron sus tantos. Un doblete que le supo a gloria.

Al final, 8-1, lo que viene a ser una goleada de manual, que demuestra que Bélgica empieza a ser de verdad un rival a tener en cuenta. Ya no es un equipo de nombres, ahora empieza a parecer un equipo en toda regla. Porque vence, convence y lo hace jugando bien.