El PSV se reecontró con la victoria, pero esta no fue cómoda ni sencilla. Se adelantó en poco más de media hora con un doblete de Bergwijn, pero el PSV acabó pidiendo la hora.
A los diez minutos del segundo tiempo Odgaard recortó distancias y puso nervioso a su rival. El triunfo fue balsámico, pero evidenció los graves problemas que tiene en la actualidad el PSV, porque el Heerenveen apenas disparó dos veces a puerta en todo el partido, y pese a ello, hizo que su rival se echase a temblar.