Esto se agrava cuando el rival va el último en su liga. Si, en Alemania. Pero el último. El Köln no ha empezado nada bien la Bundesliga, y cierra la tabla con cero puntos en tres jornadas y sólo un gol a favor.
El Arsenal se ve fuera de la Champions casi dos décadas después, algo que todavía se está asimilando en Londres. Por ello, la Europa League supone un arma de doble filo para Wenger, necesitado de éxitos, y los 'gunners'.
Los ingleses intentarán empezar con paso firme un grupo que, a priori, no debe darles demasiados problemas. BATE Borisov y Estrella Roja, además del cuadro alemán, tendrían que notar la superioridad de los del Emirates desde el pitido inicial, especialmente, en los encuentros en casa.
Ganar la competición supone, además de un buen baño de masas (posiblemente la única forma de que la Europa League merezca la pena), regresar a la Champions por una vía en la que no están los City, United, Chelsea, Liverpool o Tottenham, esos que tanto dificultan el mismo premio en la Premier League.
Por todo ello, Wenger se enfrenta al partido más difícil de su vida. Su Arsenal debe vencer y convencer si no quiere que Europa le pese desde el primer momento. Y si no, que le pregunten al Inter sin ir más lejos...