"La evolución marcará su disponibilidad", rezaba el parme médico de Boateng antes del asalto a Ipurua. Unas molestias en la rodilla le borraron frente al Eibar y en la Ciudad Condal nadie le espera para viajar al Benito Villamarín.
Sin Suárez, Dembélé, ni Coutinho, Ernesto Valverde tampoco podrá echar mano al delantero ghanés, que es para lo que había firmado por el FC Barcelona el pasado mercado invernal, ante la sorpresa de propios y extraños.
A sus 32 años, el díscolo atacante del Sassuolo aterrizó en la Ciudad Condal cargado de ilusión e incredulidad. Del mismo modo que pensaba que era para ir a jugar en el Espanyol, la hinchada 'culé' tampoco terminó nunca de entenderlo.
Llegó, fue titular frente al Sevilla en la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey, disputó una hora frente al Valladolid en Liga, perdió la Copa Cataluña frente al Girona, empató frente al Huesca y cayó en Balaídos.
En los cuatro partidos oficiales que ha disputado como 'culé', Boateng apenas suma 303 minutos, cero goles y asistencias y una tarjeta amarilla. Un balance muy triste que radiografía su insulso paso por el Camp Nou.