Boca alcanza las semifinales tras derrotar al Nacional por penales

Boca saltó a La Bombonera con un objetivo claro: marcar un gol que permitiese tener algo de margen de maniobra. En encuentro de ida terminó con empate a uno, y aunque el 0-0 inicial valía a los de Schelotto, un gol en contra pondría las cosas muy difíciles a los bonaerenses.

Y eso fue precisamente lo que pasó. Fernández abrió el balón para que Barcia desde la banda centrase al área. Ahí estaba el 'Cata' Díaz, pero al intentar despejarla la coló por su propia escuadra. De haberla dejado pasar, Gamalho la hubiera recibido plácida.

Se puso cuesta arriba el partido a los 'xeneize', que no tuvo el día arriba. Tévez lo intentó de todas las formas posibles, pero no daba con la tecla.

Sólo Pavón parecía llevar algo de peligro desde la derecha, pero sus centros eran desperdiciados una y otra vez por Tévez o Chávez, éste último autor de una clarísima que inexplicablemente mandó fuera.

Para culminar el esperpento, Meli se lesionó él sólo cuando el partido se encaminaba al descanso. Y no fue la única lesión: en la segunda mitad el propio Chávez tenía que pedir el campo por otra lesión muscular.

La segunda parte fue más de lo mismo. Boca, volcado arriba, buscando un gol que forzase los penaltis (no hay prórrogas en Libertadores hasta la final), y el Nacional malgastando los contragolpes con balones largos sin sentido ni cabeza.

Entonces, a cuarto de hora del final, el Nacional cometió el único error defensivo de bulto que ha tenido en todo el encuentro. Espino le perdió la marca a Pavón y permitió que el extremo se colase hasta la cocina y recibiese un pase que le dejó sólo contra Conde, al que batió con un disparo cruzado inalcanzable, que no empañó la genial actuación del arquero 'charrúa'.

En la celebración llegó la 'chiquillada'. Pavón se volvió loco, se sacó la camiseta y vio la amarilla por ello. El problema es que minutos antes había visto otra por un entradón sin sentido, y ésta fue la segunda. A la calle, y Boca con diez el cuarto de hora que restaba.

Pero el Nacional, en lugar de aprovecharse de la superioridad numérica, permitió que Boca siguiera percutiendo, buscando el segundo que echase a los uruguayos de la competición.

El gol, sin embargo, no llegó. Y el árbitro decretó la resolución por penales sin conceder ni un minuto de añadido, cuando debería haber sumado al menos tres, por los cambios, las lesiones y la celebración de Pavón con expulsión incluida.

Comenzó lanzando el Nacional, y Pablo Pérez puso picante a la tanda fallando el tercer penalti para Boca. Con la tanda 2-3, Orión se creció, y de qué manera.

Detuvo el arquero argentino, que disputaba su partido 200 esta noche, los tres siguientes lanzamientos, haciendo olvidar el fallo de Pablo Pérez. Conde, el portero del Nacional, también estuvo a la altura, deteniendo dos lanzamientos de los seis, pero Orión fue mejor, y dio el pase a Boca.

Un pase a semifinales que se resistía al conjunto 'xeneize' desde hacía demasiados años. Y un pase que obliga a recomponer el cuadro en caso de que en unas horas Rosario Central se clasifique como ha hecho Boca.