El presente del Girona sería inconcebible sin Borja García, un jugador imprescindible, antes para Pablo Machín y ahora para Eusebio Sacristán.
El centrocampista llegó al conjunto catalán en el curso 2015-16 y, aunque le costó ganarse la confianza del ahora técnico sevillista, una vez se asentó en el equipo titular no volvió a salir de él.
El mediapunta contribuyó todo lo que pudo y más en la escalada del Girona a la máxima categoría del fútbol español. El pasado curso, ya en Primera, fue crucial en el plantel catalán para salvar la temporada. Este año va por el mismo camino.
Borja García ha disputado los 38 encuentros de este 2018 y está a solo uno de alcanzar los 50 duelos seguidos en la competición, una cifra que está al alcance de muy pocos.
La última vez que se perdió un partido de Liga fue la temporada pasada, en la sexta jornada ante el FC Barcelona, por decisión técnica de Pablo Machín. Desde entonces, ha aparecido en todas las alineaciones.
Esta campaña ha jugado un total de 1.422 minutos en los que ha marcado una diana para un Girona que despide este 2018 en novena posición. Puede estar satisfecho de sus números, pues solo ha perdido cinco de los 17 duelos ligueros disputados. Por contra, ha empatado en siete y ganado en otros cinco.