Destinado con Eusebio a ocupar un lugar en la banda y más alejado del balón de lo que estaba acostumbrado, el '10' vuelve a maravillar a Montilivi.
En tan sólo cuatro jornadas el cuadro catalán ha vuelto a ganarse la confianza de su gente, que llena el campo en cada uno de los equipos como local.
Y de ello tiene buena parte de culpa Borja García, que decidió quedarse en el equipo a pesar del descenso a Segunda División y acaba de comenzar su quinta temporada en la entidad.
Un aspecto que reconoce positivamente la dirección deportiva, pero también la afición, que tiene en él a una de las principales armas para tratar de volver a Primera.
Con Juan Carlos Unzué, el madrileño ocupa un puesto de interior en el 4-3-3, lo que le permite, gracias a la protección que le guarda Granell, jugar con mayor libertad.
La fluidez del equipo ha mejorado en las transiciones y eso beneficia a los de arriba, a los que le llegan más y mejores balones.
Su conexión con Stuani, quien también decidió quedarse, está llamada a convertirse en el plan principal del Girona de cara a cumplir los objetivos.