Salió al ataque y con ganas de cambiar las cosas el conjunto oscense con su flamante entrenador, pero al Huesca le queda mucho trabajo por hacer y eso le sobra a un Espanyol que, si bien en casa se viene mostrando intratable, certificó su gran inicio de temporada con su primera victoria a domicilio.
La única cuenta pendiente espanyolista ya está cumplida. El cuadro de Rubi sufrió una metamorfosis en verano y es uno de los equipos más en forma de la Liga, gracias, en parte, al gran momento de un Borja Iglesias que ya lleva tres partidos o asistiendo o marcando.
El delantero firmó su mejor actuación como 'perico'. Mucha actividad sobre el campo, puntería y asociación con sus compañeros. Todo lo que se necesitó de él, como siempre, lo ofreció... y eso, sumado a que la efectividad le miró a los ojos, decanto el partido a favor del cuadro catalán.
Detalles y poco juego
La primera mitad dejó más bien poco para el recuerdo. Casi no hubo ocasiones y los dominios fueron algo yermos, pero para no marcharse al descanso con mal sabor de boca, Borja Iglesias aprovechó un centro de Dídac desde la izquierda para rematar desde el segundo palo a sólo cuatro minutos del descanso.
Tras el paso por vestuarios se animó el partido, y despertó el VAR de su letargo. Víctor Sánchez vio cómo le anulaban un gol en fuera de juego mediante la asistencia de vídeo y pasados los primeros 20 minutos, Borja Iglesias aprovechó un gran error de Moi Gómez en el centro del campo para, con una picadita, superar a Jovanovic y dejar el partido casi sentenciado.
Después de eso, poco más. Volvió a aparecer el VAR para analizar una acción entre Mario Hermoso y Semedo y el Huesca, pese al planteamiento ofensivo que preparó Francisco, desapareció. Aguantaron hasta el primer gol y fueron bajando los brazos, debido, entre otras cosas, al bajón físico.
La alegría del segundo clasificado, el Espanyol, contrasta con un Huesca que todavía no ha ganado en casa y que sigue hundido en la última plaza con sólo cinco puntos. Mucho trabajo por hacer para Francisco.