Arrancaron los locales con brío, asumiendo el protagonismo en un alarde de personalidad que tuvo sus frutos, maniatando a un conjunto visitante que asumió su rol en los primeros compases del partido.
Merced al dominio inicial, el Burgos merodeó el área del Racing hasta que Julio Rico adelantó a su equipo y desató la euforia en El Plantío, disfrutando de la superioridad de sus jugadores.
Sin embargo, apenas duró diez minutos la alegría en el feudo local, cuando Dani Aquino sacó a relucir su pegada para igualar el encuentro poco antes del descanso.
Tras la reanudación, Burgos y Racing se batieron en un duelo apasionante donde sólo la fortuna evitó que alguno besara las mallas, provocando un justo reparto de puntos.