El estadio de Butarque se ha convertido en un territorio casi imposible de conquistar. El Leganés ha sacado puntos ante todos los rivales que se han presentado en su propia casa desde el 16 de septiembre.
Pero el Girona, con un Portu en estado de gracia, logró derribar un muro que ya tenía seis meses, once partidos de Liga y dos de la Copa del Rey.
Ambos equpos se encuentra casi en la misma situación, pues la diferencia entre ellos es de tan solo un punto, por lo que no pueden despistarse. El Leganés, por su parte, sumó la segunda derrota consecutiva.
Rubén Pérez fue el jugador que hizo autocrítica y no dedicó demasiado tiempo a esa racha de partidos invictos en casa: "Lo importante era puntuar. Somos más fuertes aquí y a todos les cuesta sumar en Butarque. Ha sido un mal partido", dijo Rubén Pérez.