Cádiz y Celta se dieron cita en el Ramón de Carranza este domingo con el objetivo de la permanencia para ambos encarrilado, con 36 y 38 puntos, respectivamente, y a un triunfo de sellar virtualmente la salvación de la Primera División.
Duelo soso en una tarde con mucho en juego en el resto de partidos de Primera, aunque no demasiado en tierras gaditanas y, de hecho, el juego se vio influido por la excesiva tranquilidad con la que llegaban ambos equipos. Eso sí, ni Cervera ni Coudet se reservaron nada.
El choque sí que comenzó activo, con una gran jugada individual de Salvi que Iván Villar tuvo que repeler, un disparo lejano de Nolito y un remate al larguero de Malbasic, novedad en el ataque y pareja de Álvaro Negredo.
Pero poco a poco, el partido fue perdiendo peso en los ataques y predominó el buen hacer defensivo del conjunto amarillo, que renunció por momentos a la pelota, algo a lo que Cervera ya tiene acostumbrada a la afición cadista.
Sin embargo, el Cádiz dispuso de las mejores opciones en la primera parte frente a la inoperante y estéril posesión del Celta, que en ningún momento fue capaz de sacar partido de ella. Ferreyra entró por Santi Mina en el once y Aspas apenas apareció.
El segundo tiempo fue más para el Celta, que pronto obligaría a intervenir a Ledesma en un centro lateral de Hugo Mallo. Buena mano abajo del argentino, con poco trabajo durante el choque pero resolutivo cuando tuvo que ponerse el mono de trabajo.
Nuevamente, en una contra rápida, el Cádiz gozó de una ocasión clave en el 77', cuando un centro del 'Pacha' Espino estuvo a punto de convertirse en el primer gol del partido, porque el 'Choco' Lozano, que acababa de entrar, se quedó a centímetros de rematar.
Intercambio de golpes en el Carranza que acabó con el Celta más enfocado en ganar y terminando el partido en territorio gaditano. Para finalizar, un cabezazo como pase que casi se cuela en la portería de Ledesma. Pero, en definitiva, empate sin paliativos en el duelo de la tranquilidad.